martes, 18 de octubre de 2011

Marruecos nos llama


Marruecos nos llama


A todos los Ministros y Custodios
A todos los hermanos de la Orden

Queridos hermanos: ¡El Señor os dé la paz!

Con la presente me dirijo a todos vosotros para presentaros la necesidad urgente de nuevos misioneros para la misión de Marruecos, Custodia dependiente directamente de mí, en cuanto Ministro General de la Orden.

La Custodia de Marruecos presta sus servicios pastorales en las dos diócesis de Marruecos: Rabat y Tánger que cuentan con un pequeño grupo de cristianos, todos ellos extranjeros, pero que, especialmente en la diócesis de Tánger, dependen mayoritariamente de nuestro servicio. Además de esta atención pastoral –en Rabat en francés y en Tánger en español-, los Hermanos llevan a cabo importantes obras “sociales” a través de las cuales se atienen a la población local musulmana, y atienden espiritualmente a muchas religiosas empeñadas en el servicio a la población marroquí.

En este momento la Custodia está formada por 16 hermanos de distintas nacionalidades. Es una fraternidad internacional y pluricultural. Algunos de ellos ya están avanzados en años. El número y la edad de los hermanos hacen que difícilmente podamos seguir con las presencias que tenemos, y que tengamos que ir pensando en reducir la atención pastoral a las pequeñas comunidades cristianas, y el servicio a la población local.

La misión en Marruecos es la primera misión de la Orden. Nacidos en Asís, hemos sido bautizados con el bautismo de sangre en Marruecos. Cerrar presencias en Marruecos, además de dejar sin asistencia espiritual a los pocos cristianos de aquellas Iglesias, sería renunciar a un “patrimonio” al que la Orden no puede renunciar si quiere ser fiel a la gracia de sus orígenes. Conscientes de ello, el Definitorio general ha declarado la misión de Marruecos, junto con la de Tierra Santa, como una prioridad para este sexenio.

Queridos Hermanos Ministros y Custodios, somos una Orden misionera. Nos lo recuerda la Regla, nos lo recuerdan las Constituciones Generales, nos lo ha recordado el último Capítulo general celebrado en el 2009. Hoy, “basándoos los pies”, os pido que acojáis con corazón generoso esta petición que os hago llegar confiando en vuestra generosidad: Dadme un hermano para seguir sembrando la semilla del evangelio, más con la vida que con la palabra, en Marruecos. Y cuando digo un hermano, os pido que no penséis en otra Provincia o Custodia, pues si todos hacen eso nunca llegará hermano alguno. Pensad en la vuestra. Sé que todos estáis necesitados, pero recordad que Marruecos necesita de hermanos dispuestos a entregar algún año de su vida a la primera misión de la Orden. Recordad que hay más alegría en dar que en recibir. Recordad, también, que si un hermano se siente llamado por el Espíritu para ir entre musulmanes, no podéis impedírselo, pues si así lo hicierais, de ello tendríais que dar cuenta al Señor (cf. 1R 16, 3-4).  Sed generosos y el Señor será generoso con vosotros. No lo dudéis: el Señor no falla. Espero vuestra respuesta generosa.

Esta carta va acompañada de otra del Custodio de Marruecos. Acoged ambas con la debida atención, en clima de discernimiento ante el Señor.

Con renovada esperanza en vuestra generosidad, aprovecho esta ocasión para saludaros fraternamente.

Vuestro Ministro y siervo

Roma, 4 de octubre de 2010, fiesta de san Francisco.

                                                                                              Fr. José Rodríguez Carballo, ofm
                                                                                              Ministro general OFM

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